lunes, 22 de noviembre de 2010

Sonrisas

Abro la puerta y la pillo hablando por teléfono, como no podía ser de otra manera. La noto distinta, pero no sabría decir en qué. ¡Serán los años!

¡Ahora lo entiendo! Lleva más de veinte minutos ahí sentada y no ha dejado de sonreír en ningún momento. Se lo digo y su sonrisa crece aún más. Luego intenta ponerse seria, sin ningún tipo de éxito por supuesto. Se rinde y me río con ella.


Habla por los codos, siempre lo ha hecho. Enlaza una historia con otra, interrumpiéndose a sí misma, sin perder la sonrisa. Observo y escucho. De vez en cuando me cede la palabra.

A mí, muy lejos de molestarme, me encanta!

Al rato se despide, se ha hecho tarde. Y es que el tiempo, cuando disfrutas, se pasa volando. La acompaño a la puerta, doy las buenas noches y me voy a dormir. Ahora es a mí a quien se le dibuja la sonrisa en la cara, ¡será que la felicidad se contagia!

3 comentarios:

  1. me encanta!!!sigue escribiendo!!!!lo haces genial!! ;)

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  2. ser feliz es una maquina del tiempo..

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  3. Tiene que haber más personas como esta. El mundo está muy triste (sobre todo en exámenes).

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