domingo, 30 de enero de 2011

Únicos

Por fin la inspiración ha decidido hacer su aparición y ha sido una simple conversación, un trozo de una película y una canción que vienen a decir lo mismo (y muchas horas intentando sacar de las palabras una idea o de mis ideas una palabra), a ver si lo consigo…

En ocasiones nos da miedo ser tal cual somos por miedo a no ser aceptados o a que las personas que nos quieren cuando vean nuestros defectos, porque así los llamamos, salgan huyendo hacia el otro lado. Sin embargo, precisamente esos defectos, a los que no se les debería llamar así, nos hacen ser lo que somos, eso fallitos mínimos nos definen. No digo que haya que ser malo o que la ver un defecto no podamos mejorar, eso es obvio y si no lo intentásemos seriamos tontos.
Lo que intento decir es que lo que nos hace únicos y especiales para otras personas son cosas grandes si, pero también las cosas pequeñas que son las que definen realmente nuestras facciones.

La película de la que hablo es “El indomable Will Hunting” en la que hay un diálogo en el que el profesor le explica que no se arrepiente de haberse enamorado de su mujer, que las cosas que para otros eran pecadillos convertían a esa mujer en SU mujer y que esas cosas le hacían feliz.



En la canción “Little moments like that” de Brad Paisley habla de cómo esas cosas pequeñas: momentos, fallos, despistes, etc. Le hacían querer más a su mujer. Da gracias a Dios de que no sea perfecta porque “que aburrido sería” y añade que no es perfecta pero que lo intenta tanto por el que...



Al final mi inspiración se ha convertido en un pastelón, pero creo que algo se entiende.
No se trata de tener defectos, se trata de ser como somos sin intentar escondernos, es verdad que debemos y podemos ser mejores, que podemos intentarlo, pero que no tengamos miedo a ser como somos porque somos únicos y esas cosas pequeñas nos convierten en lo que somos. Que cada uno es especial y es una cosa grande en si mismo. Por ello tampoco debemos despreciar a nadie y antes de exiliarlo debemos intentar acercarnos a esas personas, pero bueno eso sería otra entrada así que…

sábado, 22 de enero de 2011

Marcianitos!

El video lo dice todo...mis palabras hoy sobran!




Animo con esos examenes...que ya estamos acabando!

viernes, 21 de enero de 2011

Entró en casa y cerró la puerta tras de sí.

Iba quitándose los zapatos por el pasillo. Los pies le ardían pero acababa de darse cuenta, la felicidad de ese momento eclipsaba cualquier pensamiento negativo. Sabía con qué iba a soñar esa noche, aunque dudaba que hubiese sueño que superase la realidad. Se tumbó en la cama mientras pasaban por su mente, una detrás de otra, las imágenes de los últimos meses. Por fin todo cobraba sentido. Tantos desvelos, tantos quebraderos de cabeza… Fue quedándose dormida con la sonrisa aún grabada en el rostro. En ese momento aseguraría que estaba en el culmen de la felicidad. Lo que no sabía es que todo eso no había hecho nada más que comenzar…

jueves, 20 de enero de 2011

Dame una buena noticia



Porque aún quedan un puñado de razones y esperanzas de un mundo mejor, aunque a veces las malas noticias se empeñen en disiparlas.

martes, 18 de enero de 2011

Los libros de mi vida

Me encanta leer. Desde pequeña me acostumbre a leer un ratito cada noche antes de dormirme y ahora intento mantener esa sana costumbre cuando no me acuesto muy tarde.

De mis primeros libros tengo vagos recuerdos: las colecciones blanca y azul de El barco de vapor, con las geniales historias de fray Perico. Más adelante, los libros de El pequeño Nicolás y, por supuesto, Kika Superbruja. Con ella nos convertimos en detectives, luchamos contra indios y piratas… hasta vivimos su primer amor.

A medida que pasaban los años Enid Blyton fue ganando terreno en la estantería. Esos libros que habían leído mis padres de pequeños y que sin embargo me resultaban terriblemente actuales. Los cinco, las gemelas de Santa Clara, y sobre todo Torres de Malory.

Durante ese tiempo llegue a ser una más en aquel internado de la Inglaterra de los años 50. Con compañeras como Darrell, Sally o Alicia recorrí cada pasillo del colegio, participé en los banquetes de medianoche, fui alumna de las clases de Potty, espectadora subrepticia de las bromas a Madeimoselle y miembro casi activo del equipo de lacrosse. Por las noches, desde mi cama, podía nadar en aquella piscina excavada en la roca, justo al borde del mar.

En mi adolescencia me volvían loca las novelas que retrataban historias de amor y amistad de unos personajes tan jóvenes como yo. Libros también de la juventud de mis padre, porque las buenas historias nunca pasan de moda. Si mi madre fue la que me descubrió el mundo de Darrell Rivers, fue en el garaje de mis abuelos donde rescaté las novelas de Martín Vigil que habían pertenecido a mi padre. Sentencia para un menor, Primer amor, primer dolor…

Un sexo llamado débil me permitió asomarme a la vida universitaria de Madrid, que, muy tocada por el paso del tiempo, descubrí años después por mí misma. Pero sin lugar a dudas, mi favorito era y es La vida sale al encuentro, lo he releído medio millón de veces y aún sigo llorando…se me escapan las palabras!

También recuerdo Edad Prohibida, Vigo es Vivaldi, Diario de Paula o Palabras en la arena que, muy lejos de quedarse en meras lecturas de sobremesa, se convirtieron en un manual de instrucciones para la vida.
Con la edad me he ido diversificando, alguna biografía, novelas históricas e incluso algún ensayo, pero mis preferidas siguen siendo las mismas.