viernes, 21 de enero de 2011

Entró en casa y cerró la puerta tras de sí.

Iba quitándose los zapatos por el pasillo. Los pies le ardían pero acababa de darse cuenta, la felicidad de ese momento eclipsaba cualquier pensamiento negativo. Sabía con qué iba a soñar esa noche, aunque dudaba que hubiese sueño que superase la realidad. Se tumbó en la cama mientras pasaban por su mente, una detrás de otra, las imágenes de los últimos meses. Por fin todo cobraba sentido. Tantos desvelos, tantos quebraderos de cabeza… Fue quedándose dormida con la sonrisa aún grabada en el rostro. En ese momento aseguraría que estaba en el culmen de la felicidad. Lo que no sabía es que todo eso no había hecho nada más que comenzar…

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